Hay gente que decide seguir adelante con el embarazo,
pero no tienen medios para criar a ese bebé, aun con todas las ayudas
económicas que se reciban, o bien no quieran tener al bebé por las razones que sean.
Existe una alternativa y es la de dar al bebé en
adopción o en acogida.
Con ambas opciones se entrega el bebé al hospital
después de nacer, que se quedará durante el primer mes en el hospital al
cuidado de las enfermeras hasta que la Comisión de Tutela del Menor lo de a una
familia de acogida, que se encargará de él hasta que se realice el trámite con
sus padres definitivos o de acogida. Es decir, la acogida es algo temporal, al
contrario que en la adopción, que es definitivo. Sin embargo, para la adopción
existe un plazo de 2 años para cambiar de opinión y recuperar al hijo.
Cuando muchos oyen esto, ponen el grito en el cielo, y
suelen argumentar que después de haber tenido al bebé 9 meses, sería de mala
madre entregarlo a cualquiera, que ni siquiera se sabe de donde vienen esos
padres, un tema que preocupa tanto a la madre, que después le cuesta dormir.
Bien, el bebé no se entrega a cualquiera, sino que los padres han tenido que
pasar una serie de entrevistas, exámenes psicológicos y demostrar que tienen
suficientes recursos económicos. Por tanto, no se está abandonando al hijo, ya
que esa decisión se toma pensando en el bien del propio niño, en que tendrá una
familia que lo acoja y sepa atender sus necesidades, es un gran acto de amor que se hace por un hijo cuando no se tiene la capacidad para hacerse cargo de él/ella, por tanto la madre dormirá
tranquila, pensando que el hijo está en buenas manos (por el contrario, el
aborto provoca traumas y en muchos casos quita el sueño), además se puede visitar al hijo.Para más información http://www.laadopcionesopcion.es/
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Pues creo que esta es una gran opción, además de valiente, es una bendición para los futuros padres adoptivos y además es el futuro del niño. un abrazo
ResponderEliminarPues si, es una decisión difícil, pero sin duda es mejor que abortar, no se elimina la vida de alguien inocente, y no deja huellas psicológicas en la madre.
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