sábado, 7 de septiembre de 2013

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Este post podría ser una continuación del post SEGUNDAREGLA: NO TODAS LAS OPINIONES SON IGUAL DE VÁLIDAS
Muchas veces oigo a la gente decir que alguien que defiende un tema con muchos argumentos, como si tuviese una clara certeza sobre aquello que está exponiendo, es radical. Radical porque la verdad absoluta no existe, ya que todas las opiniones son igual de válidas al tener todo el mundo el mismo derecho a su libertad de expresión.
Pienso que la libertad de expresión está muy bien, todo el mundo quiere y tiene derecho a ser reconocido por los demás, pero creo que está mal planteada.
Libertad de expresión no significa decir lo que a uno le de la gana, no significa para nada que lo que diga una persona tenga el mismo valor que lo que diga otra solo por gozar de los mismos derechos y la misma dignidad como personas.
Esto quizá pueda sonarte un poco radical. Sin embargo, tú también estás de acuerdo con esto que estoy diciendo, aunque por una cuestión de estabilidad social, creo que no eres consciente de ello.
¿Por qué digo esto?, porque por ejemplo, la gente hoy dice que los combates de gladiadores están mal, que el sacrificio de personas por ser consideradas brujas o brujos está mal, igual para la esclavitud o las barbaridades que se hacían en la Inquisición o en la Alemania nazi. Y tienen razón, son cosas que están mal, sin ningún lugar a opinión, y es bueno que digamos esto  ¿pero habrías dicho lo mismo con la misma certeza si estuvieras en esa época?, muchos de vosotros seguro que no, aunque tal vez algunos (solo algunos) lo pensaseis para vuestros adentros. Sin embargo, no os atreveríais a cambiar las cosas, pues ello supondría un dirigirse hacia algo desconocido, algo a lo que muchas veces tememos, la rutina es lo que nos ha seguido manteniendo en pie, estoy acostumbrado a ello, quien sabe lo que pasaría si las cosas comenzasen a cambiar.
No hace falta remontarse a épocas pasadas, por ejemplo, un detective que investiga a un criminal va obteniendo pruebas hasta que descubre al culpable, el móvil del crimen… suficiente para dejar finalizado el caso. Ese detective no puede saber la verdad absoluta, cada detalle de la situación, del criminal, de las personas conocidas…, pero si puede decir que sabe lo suficiente como para afirmar lo que dice de forma completamente irrefutable, lo mismo pasa con los ejemplos de antes, no podemos saber la verdad absoluta sobre la vida humana, pero si lo suficiente como para afirmar con total seguridad que todo eso está mal.

Otro ejemplo sería el de Galileo Galilei, él no conocía la verdad sobre el universo, pero sí lo suficiente como para afirmar  con rotundidad que la Tierra giraba alrededor del Sol, y el afirmarlo como una certeza indiscutible y para nada opinable, no quiere decir para nada que sea radical ni que no respete la opinión de los demás, al contrario, lo radical sería admitir que su opinión fuera igual de válida que la de cualquiera que hablase sobre el universo; y mucho más radical fue la respuesta que recibió.
Si por ejemplo, estuvieras en una sociedad machista en la que no estuviese mal visto que los hombres pegasen a las mujeres en medio de la calle y tu fueras testigo de ello, ¿qué harías?, ¿tratarías de ayudar a la mujer o pasarías de largo?, ¿dónde estaría la radicalidad?, si no ayudas a la mujer  porque al fin y al cabo, respetas la opinión del machismo (todo vale, todo es relativo), estás siendo radical; pero si decides ayudarla, serás radical a los ojos de la sociedad, ya que estarías alterando el orden público, estarías desestabilizando una sociedad consolidada sobre una base machista, la misma sociedad que a lo mejor presume de libertad de expresión, porque es una forma de mantener contentos a sus integrantes, de hacerles sentir que todos tienen un papel importante en la sociedad (lo cual es cierto, pero no de esa forma), dando así estabilidad social al decir que todas las opiniones valen lo mismo.

Por esto mismo pienso que no hay nada de radical en decir que no todas las opiniones son igual de válidas, de hecho pienso que es el punto intermedio entre dos extremos, uno el de decir que yo conozco la verdad absoluta de todo, y el otro el de decir que todas las opiniones son igual de válidas, que equivale a decir que nada vale, como hemos visto en el ejemplo de la sociedad machista.
Además, la justicia, la investigación (científica, policial…), se basan en esto que estoy diciendo, a partir de unas determinados hechos intentan llegar de forma imparcial a una conclusión lo más razonada posible.

Por eso digo que existe una verdad absoluta y que no todas las opiniones valen lo mismo, de hecho la frase de todas las opiniones son igual de válidas es una contradicción en sí misma, ya que quien afirma eso, lo hace como si estuviera afirmando una verdad totalmente indiscutible, es como el que dice prohibido prohibir. Lo que pasa es que no podemos conocer esa verdad de forma absoluta, solo en pequeñas partes (como el ejemplo del detective o de Galileo), y cada persona conoce pequeñas partes, que si se ponen en común y se comparten, nos construyen mucho; y cosas que hoy en día las tenemos como hechos discutibles, en un futuro las veremos como hechos indiscutibles, ha pasado siempre y seguirá pasando.

2 comentarios:

  1. Hay muchas palabras hermosas, que en la sociedad de hoy están muy sobadas, deformando muchas veces su sentido original. Libertad, amor, respeto, tolerancia,verdad,... fáciles de oir en cualquier debate que se presente. Lo triste es que muchos se olvidan de ponerlas en práctica, solo son palabras que quedan muy bien, para excusar y justificar muchos vacios de coherencia.

    Nunca me ha gustado la radicalidad en las cosas, creo que es contraria a la tolerancia, y al respeto. Tolerancia = respeto por los pensamientos y las acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios.

    Ojalá sepamos usar las palabras con todo el peso de su significado.

    Gran entrada. Un abrazo

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    1. Muchas gracias Angelo.
      La verdad es que si, por eso es importante que cuando oigamos a alguien hablar no nos quedemos hechizados por lo que se dice, hay que tener cabeza y saber porqué se dice lo que se dice, y sobre todo fijarse si hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Lamentablemente, a veces nos dejamos hechizar, y como tú dices, llenamos con palabras bonitas grandes vacios de coherencia. A lo largo de la historia ha habido mucho derramamiento de sangre, y el "motivo" de ello ha sido el "amor", "la paz", la "libertad", la "igualdad", la "fraternidad", la "justicia"... algo completamente incoherente.
      Un abrazo.

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