domingo, 2 de diciembre de 2012

HABLANDO DE FE Y OPTIMISMO


También es importante tener fe, pues tú en la vida antes de hacer algo no sabes si va a salir bien o mal, si has tomado la decisión correcta, o si, por el contrario, te has equivocado. Sin embargo, la predisposición que tengas antes de que suceda algo, va a influir notablemente en el éxito o el fracaso, pero sobre todo, en tu felicidad. Como vimos en el ejemplo de Pepe y Paca (la entrada es HISTORIA MATRIMONIAL), cuando entra Pepe a casa cabreado, Paca no sabe si Pepe está enfadado con ella o ha tenido un mal día. Sin embargo, en la primera versión, la Paca pesimista se siente insultada, mientras que por el contrario, la Paca optimista no se siente insultada y asocia el enfado de Pepe con un mal día
Quiero resaltar aquí una cosa, ser optimista no quiere decir ver sólo lo bueno, y decir oh, como todo va a salir bien, me quedo de brazos cruzados, eso es un falso optimismo. Yo a lo que me refiero es a un optimismo imparcialista, en el que se vean todas las situaciones posibles, de una forma tranquila y teniendo sangre fría (que no frialdad, luego explicaré la diferencia), que es lo mismo que el autocontrol; para así no perder el control de nosotros mismos ante pensamientos negativos, y así luchar porque se cumpla aquellos que queremos, porque estamos viendo que es posible.
Después de este pequeño paréntesis, volvamos al ejemplo de Pepe y Paca, la Paca optimista no se queda de brazos cruzados, sino que lo primero que hace es ir a hablar con Pepe para saber que le ocurre (no es un falso optimismo).
También vemos en el ejemplo las consecuencias de estas dos formas de pensar, en la primera, el problema no se resuelve, se crea mucha tensión, hay cada vez más rencor y enfado, en definitiva, pensamientos y emociones negativas que llega un momento en que no se soportan más y Pepe y Paca se separan. En la segunda versión, es lo opuesto, resuelven el problema, y después se quieren entre sí más todavía, y son una pareja feliz (esa situación les ha ayudado a autorrealizarse).
Y esto lo creáis o no, es lo que pasa con casi todo el mundo; la gente pesimista suele fracasar, mientras que los optimistas suelen tener éxito.
Y tal vez sea esto lo bonito de la vida, que no es de color rosa, sino que a veces se nos puede presentar una situación inesperada y que no nos gusta, que a veces nos equivocamos y caemos. Sin embargo, insisto en que esto es lo más bonito de la vida, porque es aquí donde se ve cómo es cada uno al reaccionar de una manera o de otra, y es gracias a esto por lo que podemos saber qué personas son dignas de admirar y cuáles no son un ejemplo a seguir, es decir, descubrimos cómo son las personas que nos rodean.
Ya por último acabo por hacer un resumen.
El tener fe y esperanza, aunque parezca que algo va a salir mal, nos ayuda a ver que todavía no hay nada decidido, y es este optimismo el que nos ayuda a luchar por aquello que queremos que se haga realidad, nos hace más fuertes.

Los pesimistas en seguida tiran la toalla, y es más probable que sufran depresiones, tienen tan poca autoestima que se sienten impotentes, agobiados y estresados, porque se ven a si mismos como personas débiles y sin importancia, que no merece la pena esforzarse por algo, ya que no lo van a conseguir y su esfuerzo habrá sido en vano.

VOLVER AL CAPÍTULO 2

No hay comentarios:

Publicar un comentario