También es importante tener fe, pues tú en la vida
antes de hacer algo no sabes si va a salir bien o mal, si has tomado la
decisión correcta, o si, por el contrario, te has equivocado. Sin embargo, la
predisposición que tengas antes de que suceda algo, va a influir notablemente
en el éxito o el fracaso, pero sobre todo, en tu felicidad. Como vimos en el
ejemplo de Pepe y Paca (la entrada es HISTORIA MATRIMONIAL), cuando entra Pepe
a casa cabreado, Paca no sabe si Pepe está enfadado con ella o ha tenido un mal
día. Sin embargo, en la primera versión, la Paca pesimista se siente insultada,
mientras que por el contrario, la Paca optimista no se siente insultada y
asocia el enfado de Pepe con un mal día
Quiero resaltar aquí una cosa, ser optimista no quiere
decir ver sólo lo bueno, y decir oh, como
todo va a salir bien, me quedo de brazos cruzados, eso es un falso
optimismo. Yo a lo que me refiero es a un optimismo imparcialista, en el que se
vean todas las situaciones posibles, de una forma tranquila y teniendo sangre
fría (que no frialdad, luego explicaré la diferencia), que es lo mismo que el
autocontrol; para así no perder el control de nosotros mismos ante pensamientos
negativos, y así luchar porque se cumpla aquellos que queremos, porque estamos
viendo que es posible.
Después de este pequeño paréntesis, volvamos al
ejemplo de Pepe y Paca, la Paca optimista no se queda de brazos cruzados, sino
que lo primero que hace es ir a hablar con Pepe para saber que le ocurre (no es
un falso optimismo).
También vemos en el ejemplo las consecuencias de estas
dos formas de pensar, en la primera, el problema no se resuelve, se crea mucha
tensión, hay cada vez más rencor y enfado, en definitiva, pensamientos y
emociones negativas que llega un momento en que no se soportan más y Pepe y
Paca se separan. En la segunda versión, es lo opuesto, resuelven el problema, y
después se quieren entre sí más todavía, y son una pareja feliz (esa situación les ha
ayudado a autorrealizarse).
Y esto lo creáis o no, es lo que pasa con casi todo el
mundo; la gente pesimista suele fracasar, mientras que los optimistas suelen
tener éxito.
Y tal vez sea esto lo bonito de la vida, que no es de
color rosa, sino que a veces se nos puede presentar una situación inesperada y
que no nos gusta, que a veces nos equivocamos y caemos. Sin embargo, insisto en
que esto es lo más bonito de la vida, porque es aquí donde se ve cómo es cada
uno al reaccionar de una manera o de otra, y es gracias a esto por lo que
podemos saber qué personas son dignas de admirar y cuáles no son un ejemplo a
seguir, es decir, descubrimos cómo son las personas que nos rodean.
Ya por último acabo por hacer un resumen.
El tener fe y esperanza, aunque parezca que algo va a
salir mal, nos ayuda a ver que todavía no hay nada decidido, y es este
optimismo el que nos ayuda a luchar por aquello que queremos que se haga
realidad, nos hace más fuertes.
Los pesimistas en seguida tiran la toalla, y es más
probable que sufran depresiones, tienen tan poca autoestima que se sienten
impotentes, agobiados y estresados, porque se ven a si mismos como personas
débiles y sin importancia, que no merece la pena esforzarse por algo, ya que no
lo van a conseguir y su esfuerzo habrá sido en vano.
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