martes, 13 de noviembre de 2012

EL SER HUMANO EN SUS ORÍGENES

El ser humano, en sus inicios, parecía que estaba destinado a la extinción. Los felinos eran grandes cazadores, había animales que corrían mucho, las aves volaban, otros trepaban, nadaban…
El hombre, no poseía ninguna de estas hablidades, además de tener sus sentidos muy poco desarrollados. Sin embargo, tenía conciencia de sí mismo, de su propia existencia en el mundo que lo rodeaba. Sin duda había recibido un magnífico regalo, una inteligencia capaz de dar a los objetos funciones extra de las que habían sido creadas. Con esa inteligencia era capaz de controlar sus instintos, y poco a poco fue adaptando su entorno a él, ya que no poseía ninguna de las anteriores habilidades para adaptarse a su entorno. Era, a diferencia del resto, un animal imperfecto que tenía su propia libertad para decidir cómo construir su vida y qué sentido quería darle a ella.
Al principio el hombre daba a los objetos las funciones que asegurasen su supervivencia. Usaba los huesos como arma para defenderse de otras tribus, lanzas para cazar animales, pieles para protegerse del frío…, pero luego no solo se preocuparon por la supervivencia, sino que empezaron a preguntarse por el sentido de la vida; enterraban a los muertos y aparecieron las religiones, con sus respectivas creencias y formas de vivir la vida. Las poblaciones fueron creciendo y la necesidad de organizarse, pactar y comerciar con otras poblaciones se hace evidente.

Es así como surgieron las grandes ciudades, en las que cada miembro pone sus talentos al servicio de la comunidad, y como bien dijimos al principio, los animales son seres cuya vida está adaptada a su entorno, mientras que nosotros no, y debemos autorrealizarnos adaptando nuestro entorno a nosotros.
De este modo podemos ver ciertas semejanzas entre el mundo animal y el nuestro.

Las plantas son las que proveen de alimento al resto de la población y la mantienen con vida, lo mismo sucede con aquellos que trabajan en las industrias alimentarias, en las pescaderías, carnicerías, panaderías… Los hongos limpian el medio ambiente comiéndose restos orgánicos; los basureros trabajan en la limpieza de las calles, al igual que los que están en los vertederos. Los insectos como las hormigas y otros animales como los castores trabajan en perfecta sincronía en la construcción de obras, al igual que los arquitectos y los obreros. Los marineros son como los seres acuáticos, los pilotos como las aves…

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